Juan E. Gómez-Mesa, Departamento de Cardiología, Fundación Valle del Lili, Cali, Colombia; Facultad de Ciencias Médicas, Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires, Argentina; Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Insuficiencia Cardiaca e Hipertensión Pulmonar, Ciudad de México, México; Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México
Manlio F. Márquez, Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México; Departamento de Cardiología, Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, Ciudad de México, México; Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Electrocardiográfica y Arritmias, Ciudad de México. México
Marcio Figueiredo, Departamento de Cardiología, Universidade Estadual de Campinas, Campinas, Brasil; Departamento de Cardiología, Sociedad Latinoamericana del Ritmo Cardiaco, Montevideo, Uruguay
Ana Berni, Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México, Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Electrocardiográfica y Arritmias, Ciudad de México, México, Departamento de Cardiología, Hospital Ángeles Pedregal, Ciudad de México, México
Ana Jerez, Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Insuficiencia Cardiaca e Hipertensión Pulmonar, Ciudad de México, México; Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México, Departamento de Cardiología, Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, La Habana, Cuba
Elaine Núñez, Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Insuficiencia Cardiaca e Hipertensión Pulmonar, Ciudad de México, México; Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México; Unidad de Electrofisiología, Arritmias y Marcapasos, CEDIMAT, Santo Domingo, República Dominicana
Freddy Pow-Chon, Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Insuficiencia Cardiaca e Hipertensión Pulmonar, Ciudad de México, México; Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México, Departamento de Cardiología, Hospital Luis Vernaza, Guayaquil, Ecuador
Luis F. Pava-Molano, Departamento de Cardiología, Fundación Valle del Lili, Cali, Colombia;, Departamento de Cardiología, Sociedad Latinoamericana del Ritmo Cardiaco, Montevideo, Uruguay
María C. Montes, Centro de Investigaciones Clínicas, Fundación Valle del Lili, Cali, Colombia
Stephania Galindo-Coral, Centro de Investigaciones Clínicas, Fundación Valle del Lili, Cali, Colombia
Raúl Garillo, Facultad de Ciencias Médicas, Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires, Argentina;, Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México, Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Electrocardiográfica y Arritmias, Ciudad de México, México;
Walter Reyes-Caorsi, Departamento de Cardiología, Sociedad interamericana de Cardiología, Ciudad de México, México, Departamento de Cardiología, Consejo Interamericano de Electrocardiográfica y Arritmias, Ciudad de México, México;, Departamento de Cardiología, Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, Montevideo, Uruguay
Mario Speranza, Departamento de Cardiología, Hospital Clínica Bíblica, San José, Costa Rica
Los estudios epidemiológicos sugieren que aproximadamente la mitad de los pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) tiene fracción de eyección reducida, mientras que la otra mitad, fracción de eyección (FE) normal. Actualmente, las guías internacionales consideran la duración de QRS mayor a 130 ms, en presencia de disfunción ventricular (FE < 35%), como criterio para selección de pacientes a terapia de resincronización cardiaca (TRC). La TRC ayuda a restaurar la sincronía intraventricular y auriculoventricular, mejorando el rendimiento del ventrículo izquierdo (VI), reduciendo la regurgitación mitral funcional e induciendo la remodelación inversa del VI. Esto se evidencia en el aumento del tiempo de llenado del VI y la fracción de eyección del VI, la disminución de los volúmenes telediastólico y telesistólico del VI, y la regurgitación mitral y discinesia septal. Como los mecanismos de la disincronía pueden ser heterogéneos, es posible que ninguna medida prediga con exactitud la respuesta a la TRC. Finalmente, la TRC cardiaca ha demostrado progresivamente ser segura y factible, mejora el estado funcional y la calidad de vida, remodela inversamente el VI, disminuye el número de hospitalizaciones, la mortalidad total en pacientes con IC refractaria, la disfunción ventricular izquierda y los trastornos de conducción intraventricular; es una terapia basada en marcapasos para la IC y gracias a la tecnología actual es posible realizar una supervisión remota y segura de casi todos los tipos de dispositivos cardiacos y obtener alertas útiles en la práctica clínica.
Palabras clave: Terapia de resincronización cardiaca. Insuficiencia cardiaca. Fracción de eyección ventricular.